VECINOS, ES MUY IMPORTANTE QUE RESPETEMOS LA VELOCIDAD MAXIMA CUANDO TRANSITEMOS POR AVENIDA ACONQUIJA (RUTA 338) COMO ASI TAMBIEN POR LAS CALLES INTERNAS DE EL CORTE - DEMOS EL EJEMPLO - SALVEMOS VIDAS -

lunes, 22 de junio de 2009

La Gaceta 03 11 06

La Gaceta - Viernes 3 de Noviembre de 2006

El Corte es un paraíso cercado por la falta de agua y la incomunicación
Problemas de transporte y de teléfonos. El precio de vivir en medio de tanta belleza natural es tener que defenderse de los insectos y soportar algunas deficiencias de los servicios.

BELLEZA NATURAL. La avenida Aconquija parece perderse en la selva. LA GACETA / FRANCO VERA
Al pie del cerro San Javier, donde la avenida Aconquija comienza a subir las primeras laderas, el paisaje se convierte en selva y las casas quedan semiocultas detrás de la arboleda. Los vecinos de

El Corte disfrutan de la verde sombra y del silencio, que sólo interrumpe el canto de los pájaros. Al oeste de la rotonda se respira vida de campo. El precio de vivir en medio de tanta belleza natural es tener que defenderse de los insectos y soportar algunas deficiencias de los servicios, como el transporte público, el agua potable y la telefonía.“Los colectivos de la línea 118 andan muy mal. Ayer estuve esperando durante una hora en el mástil, para hacer trasbordo. A veces uno demora dos horas para llegar desde el centro hasta aquí”, denunció Norma Ruiz. Su vecina, Silvia Salomón, hace años que realiza fatigosas gestiones ante la empresa y ante las autoridades de Transporte, pero no consiguió que pusieran un coche directo en las horas pico. “Después de las 22 esto es tierra de nadie, porque no hay ningún medio de transporte. Hay que tener auto, o caminar”, dijo. Puertas y ventanas tienen telas mosqueras. “Es impresionante la cantidad de mosquitos y otros insectos. También abundan ratas, víboras y comadrejas. Esto es una selva”, señaló Silvia. Sin embargo, ella está feliz de vivir al pie del cerro, por la paz que impera. “Hace 22 años que vivo aquí y no tengo ganas de mudarme”, afirmó.Otra batalla diaria del vecindario es contra la falta de agua. “Llego del trabajo, después del mediodía, y tengo que ponerme a lavar rápido porque a las cinco de la tarde cortan el suministro”, dijo Salomón. Otros vecinos contaron que si alguien no tiene línea telefónica fija, o se queda sin teléfono -como denunció un lector- se queda incomunicado, porque no llega la señal de celular.